Cerca de los Berros hay un callejón que los xalapeños llaman de La Calavera. Alli vivía un matrimonio que se llevaba muy mal por el alcoholismo del marido. Una noche, éste llegó como siempre borracho su casa, donde lo esperaba enfurecida su mujer por ciertos rumores sobre su infidelidad. Cuando el esposo le pidió de cenar,, ella lo atendió de mala gana y le dijo que mejor se fuera a dormir; incluso, salió a comprarle una botella de licor para que el hombre bebierá más y se durmiera prronto. Al dar los primeros ronquidos, loca de celos, la mujer se fue al patio a buscar un hacha, regresando con la obsesión de cortarle la cabeza; efectivamente así lo hizo, quedando las cobijas tintas en sangre. Pensó: – “Ya pasaste de tus ‘sueñitos al sueño eterno”.
Con frialdad, envolvió la cabeza en una manta y la puso en un tenate con cal; después metió el canasto debajo de la cama, enterrando el cuerpo en medio de la pieza.
Como los vecinos no veían a la pareja, avisaron a al propietario del patio que nadie salía del cuarto. Por lo tanto, dieron cuenta a la policía, quien después de una minuciosa revisión, encontró el tenate con el cráneo y el cuerpo sepultado pero ya en estado de descomposición. Este crimen motivó para que se conociera la calzada como Callejón de la Calavera.
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