Conocí a Vicente Rojo cuando ambos creíamos ser desdichados. Sólo que a él se le notaba más. Era el México mítico de los años sesenta, donde había que trabajar mucho para medio vivir, y si no nos quejábamos de la pobreza era porque no conocíamos nada mejor. Vicente se distinguía del resto de la pandilla por una austeridad monástica, por sus pocas palabras contundentes, por un inconformismo raro que no tenía sosiego, y una claustrofobia tan descarada que a veces se le notaba a la intemperie…
Extracto de: ¿Rojo o romántico? Gabriel García Márquez
Con el anterior párrafo los quiero invitar a la inauguración de la Exposición de Vicente, el sábado 1 de noviembre, a las 13:00 horas, en la Pïnacoteca “Diego Rivera”, entrada Libre