La Compañía australiana ofrece el espectáculo “El carnaval de los animales”
¿Qué forma tiene un elefante? ¿De qué tamaño es una pulga? ¿Puede una zebra subirse a un escenario? Los bailarines de la compañía australiana Circa no son solo sólo eso, también son acróbatas, aves, magos, gimnastas, vuelan, saltan y se estiran. Y este viernes iluminaron el Auditorio del Estado en el primer sábado del XLIV Festival Internacional Cervantino.
“El carnaval de los animales” es un espectáculo musical y circense, con acrobacia, una experiencia visual, y el encanto de la elasticidad de los cuerpos de siete acróbatas — tres mujeres y cuatro hombres — dieron forma a serpientes, elefantes, aves, gatos, perros y hasta chinches.
Circa es una de las compañías más esperadas en el FIC, como parte del programa para niños, cientos de ellos llegaron a la cita este viernes, acompañados de sus padres.
La aventura empieza con una proyección que ayuda a mostrar animaciones del mundo submarino. Mientras aparece un banco de peces, los actores inflan sus cachetes y pelan los ojos haciendo de siete cuerpos uno solo fluyendo en el escenario como si estuvieran nadando bajo el agua. En un instante y con el cambio de música pueden convertirse en acechantes tiburones, que resultan adorables al cruzar la cuarta pared del escenario en forma de inflables de plástico con ojos como botones negros, transportados por los bailares para darle besitos a los niños y sus papás.
La travesía continúa por el bosque, el campo, con gallinas que corren, ponen huevos y aletean. Todo representado con el lenguaje corporal de Bridie Hooper, Nathan Boyle, Nathan Knowles, Britt Portelli, Marty Evans, Todd Kilby y Nicole Faubert.
Son siete artistas, que caracterizados con una blusa de encaje blanco con un discreto cuello de holán, un leotardo que apenas cubre el inicio de las piernas sostenido por tirantes y una nariz roja de plástico hacen ilusiones con su cuerpo.
No parecen rebasar los 30 años, sus estaturas no son homogéneas y tienen tanta fuerza en un brazo, como en una pierna o la misma cabeza porque pueden sostener otro cuerpo, dos, tres o hasta seis manteniendo el equilibrio. Montados uno sobre otro pueden caracterizar a unos pingüinos en el ártico o simular un cisne en un lago azul.
“El carnaval de los animales” no sólo muestra bestias majestuosas, con música del compositor francés Camille Saint Saëns, es también una ilusión que hace creer a los espectadores que el ser humano puede volar, mantener formas horizontales en el aire con un solo apoyo en la madera. Y con su contrastante nariz roja de payaso y un solo sonido tiran las barreras del lenguaje desatando la hilaridad del público, conmoverlo y asustarlo.
Es una experiencia de risas y suspenso cuando una de las acróbatas se sostiene de cabeza con una mano mientras aplaude con las plantas de los pies.
La talentosa compañía australiana, que dirige Yaron Lifschitz, fundada en 2004 y escuela de acróbatas se presenta también este sábado a las 12 y 17 horas y el lunes a las 18 horas en el Auditorio del Estado.